Oración carismática y prédica con el Padre Darío Bencosme que es
trasmitida para el mundo por medio del Internet.
Lunes
20de Marzo del 2006
El Padre Darío nos
habló sobre la forma adecuada de ofrecer nuestros sacrificios al Señor y sobre
el Poder de la Alabanza como fuerza de Dios que trasforma nuestras vidas.
En la reflexión, el
Padre Darío nos enseña que en el tiempo de cuaresma muchos católicos decidimos
renunciar a ciertas prácticas como ofrenda al Señor, un sacrificio que es
realmente aceptado con mucho agrado por Jesús.
Algunos, como
sacrificios, hacen ayunos, oración y renuncias; lo que es algo maravilloso porque
después de estos sacrificios sus vidas se renuevan y llueven las gracias de una
manera muy especial para estas personas que están de rodillas alabando y
glorificando a Dios.
Este es el tiempo
de renunciar a muchas cosas, y que no sea solamente por este tiempo, hay cosas
que hay que renunciarlas para toda la vida, por ejemplo: el alcoholismo, el
tabaquismo y tantas otras cosas que en lugar de ayudar y fortalecer al ser humano lo único que hace es destruir su
físico, su cuerpo y su familia.
En este tiempo de
renuncia, nosotros debemos esforzarnos y dar un testimonio contundente. Hay
muchas personas que solamente se quedan en la palabra “renuncia” y no lo logran
porque solo hablan de renunciar, pero no “piden”.
El señor nos dice
en Mateo: 7,7 “Pidan y se les dará, busquen y encontrarán; llamen y se les
abrirá”. No solamente deben renunciar, también deben pedir gracias y bendiciones que edifiquen su
vida para que se sientan mas cerca a Dios.
¿Por
qué hay que pedir?
Porque todo
depende de Dios, porque en la medida en que vamos avanzando es cuando más nos
acercamos a la presencia de Jesús y, de una forma más profunda, crecemos en la
madurez espiritual.
Todo depende de
Dios y así lo expresa el salmista; en el
Salmo 126 nos dice: “Si el Señor no construye la casa, en vano trabajan los
albañiles”. Hay muchas personas que se esfuerzan en renunciar a ciertas cosas, pero
no piden las gracias y bendiciones que vienen a suplir esos vacíos en nuestras
vidas, que vienen a poner más presencia de Dios en nuestro corazón. En realidad,
en nuestras vidas no existen defectos, sino más bien son carencias; si una
persona falla, en una u otra cosa, es porque le hace falta una gracia que suple
eso. Así lo han expresado muchos santos y grandes teólogos de la iglesia.
Todos nosotros necesitamos
ser edificados y al mismo tiempo seguir edificando la iglesia por las gracias
que Dios va poniendo en cada uno. Por lo tanto, este tiempo es para renunciar a
muchas cosas y, también, para pedir otras tantas; es tiempo de ser mejores
discípulos del Señor, mejores proclamadores de la buena nueva del Reino de Dios.
La súplica que
Dios escucha con más rapidez y que responde con abundancias son las de las personas
que piden la humildad de Jesús, la mirada de Jesús, los sentimientos de Jesús,
la ternura de Jesús, la manera de hablar de Jesús, el cariño de Jesús. Esas
cosas te van a llegar; si tú pides de corazón serás escuchado porque Dios tiene
urgencia en darte; Él tiene urgencia en hacerte crecer, Él quiere que tú seas
una persona auténtica de Dios porque Él se quiere expresar en ti.
Hay también mucha
gente que esta confundida y en este tiempo se aflige, se restringe de alabar y
glorificar al Señor porque toman la cuaresma como un tiempo de dolor y andan
todos angustiados. Si hacen ayuno, se les nota en la cara; si hacen
sacrificios, lo hacen evidentes. Esta actitud esta muy mal, porque Jesús en el
evangelio de San Mateo 6, 1-8 nos dice: “que no sepa tu mano izquierda lo que hace tu derecha”, entonces
si haces ayuno lávate la cara, perfúmate, que en ti se sienta el gozo, que en esos
días todos piensen que estas en un banquete, que tu vistes como nunca, porque
en realidad en esos momentos estas padeciendo por el gran sacrificio que estas
realizando.
Nadie tiene que
enterarse de los sacrificios que haces al Señor. Alaba y glorifica al Señor
porque aunque nosotros estemos celebrando la pasión y muerte de nuestro Señor
Jesucristo, todos estamos gozosos de que Cristo resucitó de una vez y para
siempre, que Él está vivo, que nosotros vivimos por Él Y que Él está sentado a la
derecha de Dios Padre.
Cuando usted alabe
y glorifique al Señor todo comenzará a cambiar; la alabanza tiene poder insustituible
e incomparable.
Veamos como en la
iglesia primitiva los apóstoles nos cuentan que se reunían para alabar y
glorificar al Señor y ensalzar la grandeza de Dios. La iglesia nació bajo el
poder de la alabanza, el Espíritu Santo se apoderaba de ellos y los
trasformaba.
La Eucaristía,
desde que comienza hasta que acaba, todo es alabanza; debemos abrir el corazón
a la alabanza, aunque no tengas el don de la alabanza dentro de ti, alabando a Dios es cuando se recibe la presencia del
don y del espíritu para alabar a Dios; a fuerza de alabanza vencemos a Satanás;
a fuerza de alabanza vamos a luchar contra las adversidades de la vida.
Si usted quiere
que en su hogar la vida familiar cambie,
alabe al Señor y verá como los demonios huyen, esto es porque la fuerza de Dios
irá apoderándose de esa casa y
formándola.
Si usted quiere
probar esto inicie una campaña de alabanza y usted verá como se abrirán puertas
y vendrán las gracias y bendiciones que nunca imaginó tener; cuando se atrevan
a alabar al Señor de manera verdadera, ustedes llegarán a la humildad verdadera.
Alaben y pidan y todo vendrá por añadidura.
La clave para
sentir la presencia del Señor es alabarle y glorificarle. Entonces, meditemos
en este tiempo su pasión para valorar el sacrificio que hizo Cristo en la cruz
para traernos la salvación.
AUDIO DE LA ORACIÓN GRABADA DEL P. DARIO BENCOSME 20-3-2006
¿QUE
DICEN LOS SANTOS SOBRE LOS SACRIFICIOS Y ALABANZAS?
"tus
privaciones serán fecundas si muestras largueza con otro". Las privaciones
son cristianas si nos hacen crecer en santidad, en caridad y generosidad.
San
Agustín
Amar
y sacrificarse no es muy difícil, ¿verdad?
Madre
Maravillas de Jesús
El
sacrificio y la oración se complementan. No hay oración sin sacrificio ni
sacrificio sin oración.
Madre
Teresa de Calcuta
Lo
cantaré siempre, aunque las rosas tengan que cultivarse en medio de espinas.
Cuanto más grandes y punzantes sean las espinas, más dulce ha de ser mi canto.
Santa
Teresita del Niño Jesús
La alabanza propicia una actitud de confianza y entrega a Dios.
Quien alaba permite que el Espíritu Santo habite en su persona y opere la
comunión de amor con Dios. Quien ama a Dios no puede dejar de alabarle y quien
le alaba crecerá en amor.
Padre Jordi Rivero
Padre Jordi Rivero
¿TEXTOS DE LA SANTA BIBLIA QUE NOS
HABLAN SOBRE LAS ALABANZAS?
El pueblo que yo he formado cantará mis alabanzas.
(Is 43.21).
El que sacrifica alabanza me honrará; Y el que ordenare
su camino, le mostraré la salvación de Dios.
Salm.
50:23
Esta alguno entro vosotros aflijido? Haga oración. Esta
alguno alegre? Cante alabanzas.
Santiago
5:13
Grande es Dios y digno de suprema alabanza; y su grandeza
es inescrutable. Salm 145:3
Sacrifica a Dios alabanza, y paga tus votos al altísimo;
E invócame en el día de la angustia; Te libraré y tu me honrarás.
Salm. 50:14
Hace temblar los cimientos . Abre las puertas . Suelta las cadenas.
Hech 16,19-31
"Muchas más cosas podríamos decir y nunca, acabaríamos; en una palabra: Él lo es todo. Donde hallar la fuerza para glorificarlo? Que Él es el Grande sobre todas sus obras, temible es el Señor, inmensamente grande, maravilloso su poderío. Con vuestra alabanza, ensalzar al Señor cuanto puedan que siempre estará más alto, y al ensalzarle redoblen las fuerzas; no se cansen, que nunca será suficiente".
Hech 16,19-31
"Muchas más cosas podríamos decir y nunca, acabaríamos; en una palabra: Él lo es todo. Donde hallar la fuerza para glorificarlo? Que Él es el Grande sobre todas sus obras, temible es el Señor, inmensamente grande, maravilloso su poderío. Con vuestra alabanza, ensalzar al Señor cuanto puedan que siempre estará más alto, y al ensalzarle redoblen las fuerzas; no se cansen, que nunca será suficiente".
(Eclo 43,27-30).
“Pidan y se les dará, busquen y encontrarán; llamen y se
les abrirá”
(Mt
7,7).
“En aquel momento Jesús se estremeció de gozo, movido por
el Espíritu Santo, y dijo: Te alabo Padre, Señor del cielo y de la tierra, por
haber ocultado estas cosas a los sabios y a los prudentes y haberlas revelado a
los pequeños”
(Lc
10,21).
“Santo, Santo, Santo es el Señor Dios, el Todopoderoso,
el que era, el que es, y el que vendrá”
(Ap
4,8)
Y los veinticuatro ancianos se postraban ante él para
adorarlo diciendo: “Tú eres digno, Señor y Dios nuestro, de recibir la gloria,
el honor y el poder”
(Ap 4,11)
Y todas la criaturas del cielo, de la tierra y del mar
decían: “Al que está sentado en el trono y al Cordero: sea la gloria, el honor
, la alabanza, el poder para siempre”
(Ap
5,13)
¿QUE DICE ELCATESISMO SOBRE LA ALABANZA?
2639 La alabanza es la forma de orar que reconoce de la manera más directa que Dios es Dios. Le canta por Él mismo, le da gloria no por lo que hace, sino por lo que Él es. Participa en la bienaventuranza de los corazones puros que le aman en la fe antes de verle en la gloria. Mediante ella, el Espíritu se une a nuestro espíritu para dar testimonio de que somos hijos de Dios (cf. Rm 8, 16), da testimonio del Hijo único en quien somos adoptados y por quien glorificamos al Padre. La alabanza integra las otras formas de oración y las lleva hacia Aquel que es su fuente y su término: “un solo Dios, el Padre, del cual proceden todas las cosas y por el cual somos nosotros” (1 Co 8, 6).
2641 “Recitad entre vosotros salmos, himnos y cánticos inspirados;
cantad y salmodiad en vuestro corazón al Señor” (Ef 5, 19; Col 3, 16). Como los autores inspirados
del Nuevo Testamento, las primeras comunidades cristianas releen el libro de
los Salmos cantando en él el Misterio de Cristo. En la novedad del Espíritu,
componen también himnos y cánticos a partir del acontecimiento inaudito que
Dios ha realizado en su Hijo: su encarnación, su muerte vencedora de la muerte,
su resurrección y su ascensión a su derecha (cf Flp 2, 6-11; Col 1, 15-20; Ef 5, 14; 1 Tm 3, 16; 6, 15-16; 2 Tm 2, 11-13). De esta “maravilla” de toda
la Economía de la salvación brota la doxología, la alabanza a Dios (cf Ef 1, 3-14; Rm 16, 25-27; Ef 3, 20-21; Judas 24-25).
ORACION DE ALABANZA
(S. Francisco de Asís)
Santo, santo, santo Señor
Dios omnipotente,
el que es, y el que era, y
el que ha de venir:
Y alabémosle y
ensalcémosle por los siglos.
Digno eres, Señor Dios
nuestro,
de recibir la alabanza, la
gloria, el honor y la bendición:
Y alabémosle y
ensalcémosle por los siglos.
Digno es el cordero que ha
sido degollado de recibir el poderío,
y la divinidad, y la
sabiduría, y la fuerza;
y el honor, y la gloria, y
la bendición:
Y alabémosle y
ensalcémosle por los siglos.
Bendigamos al Padre y al
Hijo con el Espíritu Santo:
Y alabémosle y
ensalcémosle por los siglos.
Bendecid al Señor todas
las obras del Señor:
Y alabémosle y
ensalcémosle por los siglos.
Alabad a nuestro Dios
todos sus siervos
y los que teméis a Dios,
pequeños y grandes.
Y alabémosle y
ensalcémosle por los siglos.
Alaben al que es glorioso
los cielos y la tierra.
Y alabémosle y
ensalcémosle por los siglos.
Y todas las criaturas del
cielo y de la tierra,
y las que están bajo la
tierra y el mar,
y todo lo que hay en él:
Y alabémosle y
ensalcémosle por los siglos.
Gloria al Padre, y al
Hijo, y al Espíritu Santo:
Y alabémosle y
ensalcémosle por los siglos.
Amén.
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